El puente Viejo o Real es ideal para comenzar tu travesía en el Centro Histórico. ¿La razón?: fue el primero que se construyó en Arequipa para unir las orillas del río Chili, convirtiéndolo en la puerta de entrada y salida de la ciudad colonial.

Inaugurado en 1608, el puente de sillar y cal y canto mantiene su centenario aspecto e importancia urbana. En la actualidad, lleva el nombre del coronel Francisco Bolognesi, héroe de la Guerra del Pacífico y patrono del Ejército Peruano.

Después de cruzar el puente, nuestro guía te mostrará los tambos coloniales, considerados como las primeras posadas de Arequipa. Estos sencillos alojamientos surgieron en los últimos años del siglo XVII, para albergar a los comerciantes y arrieros que llegaban a la “Ciudad Blanca”.

La denominación tambo es de origen andino. En el Qhapaq Ñan, el gran camino trazado en tiempos prehispánicos, existían lugares de descanso y de almacenamiento de víveres para los viajeros que recorrían esa ruta ancestral.

Hay lugares en los que el arte y la arquitectura religiosa es tan imponente, que no es necesario ser devoto para sentirse maravillado y conmovido. Eso es lo que sentirás al visitar y admirar el templo de la Compañía de Jesús.

Una obra humana de inspiración divina que empezaría a construirse en 1590, en una de las esquinas de la plaza de Armas. De estilo mestizo o barroco andino, la Compañía es una de las joyas coloniales del Centro Histórico de Arequipa.

Bendecido y en paz, nuestro guía dirigirá tus pasos hacia la plaza San Francisco, aprovechando el trayecto para mostrar las fachadas de las antiguas casonas y explicar los detalles que distinguen a las construcciones arequipeñas.

Así, sin prisas ni apuros, descubrirás que el sillar —una roca volcánica proveniente de las canteras ubicadas en las afueras de la ciudad—, es el material característico de la arquitectura barroca y neoclásica de Arequipa.

Bienvenido a un espacio urbano donde confluyen la fe, el arte tradicional y la bohemia. Todo eso se vive y se disfruta en San Francisco, una plaza flanqueada por construcciones religiosas, un colorido centro artesanal y un rosario de atractivos restaurantes y pubs.

Punto de encuentro y reunión, en San Francisco te encantará la iglesia y el convento colonial del mismo nombre, los ambientes del Fundo El Fierro —que hoy son un bastión de la artesanía arequipeña— y los sabrosos y animados locales de entretenimiento que tientan al insomnio.

Prepárate para explorar, admirar y comprar los mejores productos de la artesanía de Arequipa y del Perú, en este fundo colonial de estilo neoclásico y de líneas militares que fue la primera cárcel de la “Ciudad del Misti”.

Pero no solo eso. El Fierro fue, también, una escuela de señoritas. Así, entre condenas por cumplir y lecciones por aprender, el fundo se mantuvo en pie hasta hoy, que los maestros artesanos enseñan y ofrecen sus mejores trabajos.

Su origen e historia está asociado a doña María de Guzmán viuda de Hernández, benefactora, primera habitante y, a la vez, priora del convento. Ella tomaría formalmente los hábitos el 2 de octubre de 1580.

A lo largo de los siglos, cientos de mujeres siguieron sus pasos, manteniendo la importancia de Santa Catalina, una ciudad de la fe de arquitectura mestiza que atesora una impresionante colección de pinturas virreinales.

Tu tour privado terminará en los claustros, celdas y demás ambientes de Santa Catalina, uno de los atractivos excluyentes de la “Ciudad del Misti”, donde vivió y murió la beata arequipeña sor Ana de los Ángeles Monteagudo.

El convento está muy cerca de la plaza de Armas, por lo que podrás continuar explorando y disfrutando del Centro Histórico o, si lo deseas, volver a tu hotel a descansar y a prepararte para tu próxima salida con nosotros.