El puente de los Suspiros de Lima

Puentecito escondido entre follajes y entre añoranzas 

Puentecito tendido sobre la herida de una quebrada…

Hace 64 años, Chabuca Granda, una de las grandes cantautoras peruanas, le dedicaba estos versos a un puente republicano. Desde entonces, muchas cosas cambiaron, pero la esencia de ese “puentecito dormido”se mantiene incólume en Barranco, el distrito bohemio y romántico de Lima.

“Abrazado a recuerdos, barrancos y escalinatas”, cada paso en este puente de “quieta madera” —en palabras de Chabuca— genera suspiros de añoranza por la Lima que se fue, por la Lima de la segunda mitad del siglo XIX que, sin olvidar su pasado virreinal, se proyectaba al prometedor futuro republicano

El puente de los Suspiros es mucho más una vía que une las calles Ayacucho y La Ermita. Es historia, es tradición, es memoria, es herencia y patrimonio de una ciudad que, a pesar del crecimiento urbano y los avances de la modernidad, todavía conserva algunos bastiones de un ayer que jamás volverá.

Sí, ese ayer que te generará más de un suspiro cuando camines por las plazas, las calles y el icónico “puentecito escondido” de Barranco. Acompáñanos en este recorrido por uno de los principales atractivos de la capital del Perú, una travesía que —quizás, tal vez, por qué no— debería terminar entre brindis y sonrisas.

Suspiros de historia en Barranco

Siglo XVIII. Año 1750. Una cruz luminosa aparece en los barrancos de la costa de la Lima colonial, deslumbrando a un grupo de pescadores indígenas. Ellos relatan lo sucedido. Tiempo después, un panadero apellidado Caicedo, le atribuye a esa cruz el milagro de sanar a su esposa. Agradecido construyó una ermita en el lugar.

Ese sería el origen del actual distrito de Barranco, creado oficialmente el 26 de octubre de 1874, durante la presidencia de don Manuel Pardo (1872-1879). Dos años después, el primer alcalde, Enrique García Monterroso, ordenaría la construcción de un puente de madera.

Con una dimensión original de 8.5 metros de alto, 44 de largo y 3 de ancho (en la actualidad tiene 31 metros de largo) la plataforma peatonal atraviesa el pasaje de los Suspiros, una pintoresca calle estrecha y empedrada, siendo uno de sus puntos de partida y llegada la célebre Ermita.

El objetivo del alcalde era unir los lados de la Bajada de los Baños, una quebrada que desciende hacia el mar. Lo que no podía imaginar la autoridad en aquel momento, es que su obra sufriría grave daños durante la ocupación chilena de Lima, producida durante la Guerra del Pacífico (1879-1883).

Cuentan los historiadores que, tras la derrota del diezmado ejército peruano en la batalla de San Juan (13 de enero de 1881), la soldadesca chilena “festejaría” su triunfo saqueando y prendiéndole fuego a varios lugares de la ciudad tomada; entonces, La Ermita y el puente de los Suspiros fueron dañados por las llamas.

El origen de los suspiros

Un puente, muchas historias. Algunas documentadas, otras con halo de leyenda. No importa. Igual te contaremos más de una. Así, cuando visites Barranco, entenderás mejor la trascendencia de este distrito tradicional, localizado a 11 kilómetros al sur del Centro Histórico de Lima.

Empecemos por el nombre: Suspiros. ¿Así fue llamado en la inauguración del 14 de febrero de 1876? La respuesta es no. Al principio se le identificó con los apellidos del alcalde que ordenó su construcción (García Monterroso).

La siguiente pregunta es: ¿cuándo?, ¿quién o quiénes dieron el “primer” suspiro? Los enamorados que convirtieron la vía en su lugar de encuentro. Los transeúntes que cruzaban el puente sin respirar, en la creencia de que se cumpliría el deseo que pidieron antes de dar el primer paso.

Tal vez esos suspiros tenga una estrecha relación con los flechazos de San Valentín. Total, en su día se estrenó la obra. O, quizás, el origen de su nombre actual esté en la canción El puente de los Suspiros, escrita en 1960 por la gran Chabuca Granda.

Sea como fuere y para darle mayor sentido al nombre, te recomendamos suspirar por amor, alivio o en honor a la composición de Chabuca, quien escribió y cantó: “Es mi puente un poeta que me espera / Con su quieta madera, cada tarde / Y suspira y suspiro, me recibe y le dejo / Solo, sobre su herida, su quebrada”.

Un fantasma en el puente

¿Y si los suspiros son de terror? La interrogante es válida cuando se conoce la leyenda de María, una joven de familia adinerada que vivía en Barranco, muy cerca del puente. Todo era perfecto en su vida hasta que el amor tocó su corazón.

María, la dulce María, se enamoró de un hombre noble, pero sin fortuna. Eso era inaceptable para su familia. En secreto, ella se veía con su empobrecido pretendiente, hasta que una noche la mala suerte confabuló contra la embelesada pareja.

Su padre la descubrió. “No volverás a salir de la casa”, le ordenó furioso. Ella no se resignó e impulsada por su pasión aprovechó un descuido y se escapó. Bajo la luz de la luna, corrió desesperadamente hacia el puente con la ilusión de encontrar a su amado. Al llegar, su corazón se desgarró para siempre. Él estaba muerto.

Se cuenta que sus sollozos y suspiros fueron tan profundos que en las noches serenas es posible escucharlos. Y es que María, la descorazona María, la fantasmal María, todavía recorre el puente llorando y suspirando por el amor perdido, por el amor asesinado.

Mucho por ver y hacer

Tu excursión urbana estará llena de suspiros de emoción y sorpresa. Barranco es un distrito atractivo por su variada movida cultural, sus noches de bohemia, su aura poética, musical y romántica, además de sus vistas panorámicas de la bahía de Lima.

Conocer el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), la Casa Museo Ricardo Palma o el Mate – Museo Mario Testino, son actividades enriquecedoras. Pero eso no es todo. En las plazas y calles de Barranco se organizan festivales y ferias temporales que le darán un matiz especial a tu experiencia.

Si te gusta la fotografía y el video prepárate para hacer tomas espectaculares del puente de los Suspiros, de la Bajada de los Baños, de las casonas republicanas que todavía se mantienen en pie y de la Costa Verde. Aquí podrás experimentar diversos enfoques y técnicas y explotar al máximo tu creatividad.

Después de capturar las mejores vistas —te recomendamos tener paciencia y esperar el atardecer— déjate llevar por las tentaciones. Un “tour” bohemio por cafeterías, restaurantes, pubs, bares, peñas criollas y discotecas, es casi una obligación en este rincón de la metrópoli.

No te arrepentirás. Aprovecha la ocasión para probar las bebidas de bandera, como el pisco sour o el chilcano de pisco. Te recomendamos acompañarlos con una butifarra, un sánguche de jamón del país y lechuga, cubierto generosamente con sarsa criolla (cebolla, limón y ají).

¿Cómo llegar?

No es una tarea complicada enrumbar hacia Barranco. Así que no te preocupes demasiado. Tampoco te hagas problemas por el horario y el costo de ingreso al puente de los Suspiros. Estos no existen porque es una vía pública de tránsito libre las 24 horas. Sin embargo, evita recorrerla en la madrugada, sobre todo si estás solo.

Ahora sí, prepara la mochila y parte hacia tu destino. A continuación, te decimos como:

  • Transporte público: los buses del Metropolitano tienen varias estaciones en Barranco. Bajes donde bajes, tendrás que caminar hacia tu destino. El costo del pasaje es de S/ 3.20 (menos de un dólar) y podrás abordarlos en el Centro Histórico de Lima y en distritos como San Isidro y Miraflores, entre otros. El servicio se satura en las horas punta (7:00 a 10:00 horas y 17:00 a 18:00, aproximadamente), pero el resto del día es más amigable para los pasajeros.
  • En taxi: es la opción más eficiente, rápida y segura. En Lima, operan diversas aplicaciones de taxi, como Uber. En donde te encuentres, ingresa en tu celular la dirección “puente de los Suspiros” y el conductor te llevará fácilmente a tu destino. Ten en cuenta que en la ciudad circulan una gran cantidad de taxis independientes. Algunos de ellos están registrados en la municipalidad, otros no. Por eso tienes que ser muy cuidadoso.
  • A pie o en bicicleta: si estás hospedado en Barranco o en Miraflores, explora la posibilidad de llegar al puente de los Suspiros caminando o pedaleando. En ambos casos consulta un mapa o utiliza aplicaciones de navegación para encontrar la ruta más directa. Si quieres alquilar una bicicleta ingresa a CitybikeLima.
  • Tour privado: te recomendamos contratar un operador turístico local, te brindará la experiencia más completa.

Recomendaciones viajeras

  • El puente de los Suspiros te ofrecerá una vista espectacular durante el atardecer con el sol reflejándose en el océano Pacífico y creando un ambiente romántico y pintoresco.
  • Pasea por las calles adoquinadas, visita las galerías de arte locales y descubre la vibrante escena cultural y gastronómica del distrito.
  • El puente de los Suspiros está en una zona con calles empedradas y suaves pendientes. Te recomendamos usar calzado cómodo.
  • Respeta las normas locales y se cuidadoso con tus residuos, para que el puente y las calles de Barranco mantengan su encanto.
  • Deléitate con lo mejor de la gastronomía peruana en los restaurantes y cafeterías de Barranco. Sendos platos de ceviche, lomo saltado, anticuchos y picarones, le darán sabor a tu experiencia cultural y bohemia.
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