¿Quién ganará? Vinicunca, la montaña que años atrás se hizo viral en la Internet o Palcoyo, el impetuoso retador en este duelo de los siete colores. ¡A quién le vas! o ¿hacia donde irás? Si tienes dudas, prepárate para ser testigo de este inédito enfrentamiento turístico entre dos atractivos naturales del Cusco ancestral.
En este versus de cumbres multicolores, en cada “round” e intercambio de “golpes” irás conociendo las características particulares y las diferencias entre ambos contendores; entonces, tú serás el juez que incluirá a la ganadora en su itinerario vacacional en el Perú.
Y si bien dudamos de que el duelo termine en nocaut, es muy probable que declares un empate. En ese caso, sería una decisión acertada de tu parte enrumbar hacia Vinicunca y Palcoyo para que, después de vivir la experiencia en ambas montañas, definas al ganador de este hipotético versus.
Pero antes de que suene la campana, te presentaremos a los contrincantes:
Conoce a los contrincantes
Señoras y señores, viajeras y viajeros, en la esquina roja y defendiendo su título de la montaña más visitada del Cusco, presentamos a la original, la única e incomparable Vinicunca, conocida en el mundo turístico como la “montaña de los 7 colores”, es una de las cumbres de la cordillera de Vilcanota.
Con una altura de 5200 metros y procedente del distrito de Pitumarca, provincia de Canchis, sus llamativos colores le han permitido escalar posiciones en los ranking turísticos del planeta. Sus franjas de distintas tonalidades son el resultado de una combinación geológica de sedimentos marinos, lacustres y fluviales ocurrida hace millones de años.
En la esquina azul, desde el distrito de Checachupe, provincia de Canchis, presentamos al retador Palcoyo, la “montaña de arcoíris”. Con una altura de 4800 metros y cercana al colosal apu Ausangate, es uno de los destinos que empieza a consolidarse en el Cusco, haciendo temblar a otros atractivos.
Lo hará con Vinicunca. Logrará derrotarla con el apoyo de las varias montañas de colores que la rodean y acompañan, algo que no ocurre en el territorio de su contrincante, donde no hay otras cumbres con matices cromáticos. ¿Esa es su arma secreta?, ¿el “golpe” que hará tambalear al rival e incline la balanza de los jueces?
Golpe por golpe
Suena la campana. El duelo empieza. Vinicunca sale al ataque. Se le ve sólida y consolidada. Sí, hace valer su experiencia como destino visitado por miles y miles de turistas satisfechos de conocer “la mejor montaña de siete colores” y de explorar el cercano valle Rojo, un territorio que parece ser de otro planeta.
Palcoyo se defiende de las embestidas del rival. El retador es valiente y convierte sus debilidades en fortalezas. Al ser menos visitada, les ofrece a los viajeros una experiencia relajada y tranquila. Y, a falta de un valle de otro planeta, quienes exploran su territorio conocen el río Rojo y un bosque de piedras.
El contrataque no se detiene. Palcoyo arrincona a su rival a punta de selfis, esos que los turistas disparan sin problemas en sus dominios, a diferencia de lo que ocurre en Vinicunca, donde hay que esperar y tener paciencia antes de hacer clic y, aun así, es muy posible que aparezca un intruso en la imagen.
El primer round termina. A Vinicunca se le nota algo cansada, como a sus turistas que viajan tres horas en bus desde el Cusco. Luego caminan tres horas más — incluyendo 30 minutos de puro ascenso— para llegar a la cumbre, donde el clima es incierto: puede llover, nevar, hacer mucho frío (5 ºC) o harto calor (38 ºC).
Un duelo reñido
Punto para el retador. El acceso es más sencillo. Las mismas tres horas en bus, pero solo una hora de caminata por un sendero sin grandes ascensos y con menor riesgo de soroche (mal de altura).
Hay otra ventaja. En los días fríos y nevados un manto blanco cubre Vinicunca, tapando sus colores y estropeando el mayor atractivo de la experiencia. Esa posibilidad es remota en Palcoyo, porque hay más de una montaña de arcoíris. Tendrías que ser muy desafortunado para que todas estén cubiertas. Un detalle más, si durante tu travesía te alcanza la lluvia, no te estreses. Sus gotas nutrirán el río Rojo.
Pero no se equivoquen. Vinicunca resiste y está lejos de ser derrotada. Su belleza incomparable y el hecho de ser la “montaña original” son sus fortalezas. No son las únicas, sus franjas de colores son descubiertas, también, por los andariegos que le dan la vuelta al apu Ausangate, en un trekking de cinco días y cuatro noches.
Es difícil elegir un ganador. Lo tradicional frente a lo novedoso. El destino mundialmente conocido versus una ruta que empieza a posicionarse en el panorama turístico cusqueño. Ambas son montañas espléndidas, ambas te deslumbrarán, ambas te revelarán la fantástica geografía andina.
Resultado: el ganador eres tú
Tú decides, tú eliges hacia donde vas. Eso sí, ten en cuenta que la mejor temporada para conocer las montañas de colores es de abril a diciembre (época seca). No es lo único que debes de considerar. Te recomendamos aclimatarte a la altura antes de dar el primer paso y contratar los servicios de un operador local.
Nosotros te podemos acompañar. Te ofrecemos tours hacia ambos destinos con la seriedad y calidad que nos distingue; sin embargo, nos encanta mostrar Palcoyo. Es una montaña accesible que amplía los beneficios del turismo a otras comunidades de altura. Su desarrollo sostenible ayudará a mitigar la presión que sufre Vinicunca.
La invitación esta hecha. Esperamos que este versus te haya convencido a descubrir los siete colores y los arcoíris montañosa del Cusco. Al final, esa era la intención y el objetivo de esta “lucha” imaginaria entre un campeón imbatible y un retador que cada vez se hace más fuerte.