La historia está llena de paradojas. Cuando los incas empezaron a expandir su territorio, utilizaron los caminos trazados por otros pueblos andinos para lograr sus objetivos. Esas vías pedestres que cruzaban pampas, valles, quebradas y cordilleras, fueron ampliadas y mejoradas por los “hijos del Sol”.
Fue así como se consolidaría una red de caminos principales y secundarios que bordeaban los 60 000 kilómetros. Esta se extendió desde Pasto (Colombia) hasta Salta (Argentina). Lo que jamás imaginaron los incas es que sus vías facilitaron las travesías de los españoles que conquistaron su imperio en 1532.
El Qhapaq Ñan (el Gran Camino en español) fue una obra integradora en la complicada geografía andina. Sus constructores diseñaron senderos que se adaptaban al terreno y permitían a los andariegos disminuir su esfuerzo, convirtiendo a esta red pedestre en una de las más impresionantes del planeta.
En su kilométrico recorrido, los ingenieros incas enfrentaron constantemente el desafío de unir los cauces de los ríos, muchos de ellos encañonados, para que el camino continuara. Su solución fue el “tejido” de puentes colgantes de suspensión, hechos con elementos naturales, como las fibras vegetales.
Tras la caída del Tawantinsuyo los puentes prehispánicos serían reemplazados por construcciones de piedra con arcos de estilo romano y argamasa de calicanto. Estos no tenían que renovarse constantemente, como sucedía con los puentes trenzados de los incas.
En la actualidad quedan pocos puentes incas y coloniales, pero los que siguen “volando” sobre los ríos, son joyas arquitectónicas por las que debes cruzar.
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Q’eswachaka: el último puente inca
A 3700 m s.n.m. un “puente de sogas de paja” de 30 m de largo y 1,20 m de ancho, cruza sobre el cauce encañonado del río Apurímac (el «Dios que Habla» en español). Hecho con cuerdas de ichu —el pasto del altiplano— y renovado cada año por los comuneros andinos, es una magnífica herencia de la ingeniería andina.
Declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2013, Q’eswachaka es el único puente inca elaborado con fibra vegetal y troncos que se mantiene en uso. Este une las comunidades quechuas de Huinchiri, Chaupibanda, Choccayhua y Ccollana Quehue, en la provincia de Canas (Cusco).
Son los hombres de estas comunidades los que mantienen la tradición de reconstruir el puente todos los años. Su labor implica la conservación de una serie de conocimientos ancestrales, transmitidos de padres a hijos. Sin ellos, la herencia de los antiguos se hubiera perdido y Q’eswachaka sería solo un recuerdo.
La restauración del puente
El mantenimiento y renovación de Q’eswachaka se realiza todos los años en la segunda semana de junio. El proceso dura cuatro días y está asociado a rituales ancestrales. Eso no es todo. Las labores son compartidas por los comuneros, reviviendo una forma de trabajo que en el mundo andino se conoce como la minka.
Al amanecer de la primera jornada se le rinde tributo al apu (montaña sagrada) Quinsallallawi y se acopia el ichu con el que se hacen las soguillas, las cuales son trenzadas por las mujeres. El trabajo es supervisado por el chakaruwak, como es llamado el especialista en este proceso.
El segundo día se procede a desarmar el puente viejo, sacando los clavos que lo anclan a los bloques de piedra que encañonan el río. Después se extienden las 4 sogas que serán la base del renovado Q’eswachaka. En la siguiente jornada se coloca la superficie y las barandas del puente “rejuvenecido”.
El mantenimiento y la renovación termina con una gran fiesta. Los comuneros danzan y comparten sus comidas típicas. Eso es lo que ordena y manda la tradición. Y ellos la cumplen con el mismo entusiasmo y orgullo que los lleva a tejer el único puente inca que sigue “volando” sobre el cauce de río del Dios que habla.
¿Cómo llegar a Q’eswachaka:
Si estás en el Cusco y quieres cruzar el último puente inca, dirígete al paradero de los buses a Sicuani (avenida Huayruropata). Al momento de subir, infórmale al conductor o al cobrador que tu destino es Combapata (Tiempo de viaje: 2 horas. Costo: 7 soles). Los buses salen cada 60 minutos.
Al llegar a Combapata toma un colectivo a Yanaoca (Tiempo: 35 min. Costo: 5 soles) y luego otro a Quehue (Tiempo: 35 min. Costo: 6 soles). Desde este punto camina hacia el puente (1 hora). También hay taxis que te llevarán a Q’eswachaka (30 soles ida, 50 soles ida y vuelta. Espera de 1 h).
El ingreso al puente es gratuito y te recomendamos visitarlo los domingos, cuando se realiza una feria ganadera en Combapata. Finalmente, si quieres alargar tu visita, ten en cuenta que en Quehue, Yanaoca y Combapata encontrarás alojamientos sencillos para pernoctar.
Si quieres evitar tanto trajín, contrata en la plaza de Armas del Cusco los servicios de un operador local. Busca una agencia formal y, para estar más seguro, lee las reseñas de sus pasajeros en las redes sociales o en TripAdvisor. También puedes tomar nuestro tour de un día a Q’eswachaka. ¡Te esperamos!
Los tres Puentes de Checacupe
El primero es inca, el segundo colonial y el tercero republicano. Tres periodos fundamentales de la historia del Perú, evidenciados en los puentes del distrito de Checacupe (provincia de Canchis), punto de partida y lugar de paso para explorar el nevado Ausangate, Vinicunca y Palcoyo, la otra montaña de colores.
Puente Inca de Checacupe
Diferentes épocas y estilos arquitectónicos en el trío de puentes que cruzan el río Pitumarca. El más antiguo fue construido a inicios del siglo XV, durante el gobierno de Wiraqocha, el octavo inca. Hecho con ichu, era parte del Qhapaq Ñan que conectaba el Cusco con el Qollasuyo (el altiplano).
El uso de la paja era muy común en el Tawantinsuyo por la falta de madera. Los eucaliptos y pinos no son oriundos de los Andes. Esa es la razón por la que privilegiaron las fibras naturales para trenzar sus puentes.
Puente Colonial de Checacupe
Cambio de época. Cusco colonial. Se construye un puente de estilo arco romano con piedras volcánicas conocidas como sillar. Los bloques líticos —unidos con cal— están labrados y revocados con canto rodados. Completan el conjunto las piedrecillas decorativas que forman figuras geométricas.
Si bien se desconoce la fecha exacta de su construcción, se cree que fue erigido en la segunda mitad del siglo XVIII, por orden del rey Carlos III de España. El puente era de mucha utilidad para las autoridades virreinales, que podían cruzar hacia la otra ribera del río Pitumarca o Ausangate para recabar los impuestos.
Puente Republicano
El puente colonial fue utilizado intensamente hasta la construcción del puente republicano en 1895. Hecho con rieles ferroviarios, es la principal vía de conexión vehicular de Checacupe, el distrito de los tres puentes erigidos en periodos históricos distintos. Visítalos, recórrelos y elige cuál te gusta más.
¿Cómo llegar a Checacupe?
No es complicado conocer estos atractivos turísticos por cuenta propia. Si estás en el Cusco, dirígete al paradero de los buses a Sicuani (avenida Huayruropata). Al momento de subir, avísale al conductor o al cobrador que tu destino es el distrito de Checacupe.
Los buses salen cada 60 minutos y el viaje hasta Checacupe, que está antes de Sicuani, dura 2 h 30 min, aproximadamente. El costo del pasaje fluctúa entre los 10 y los 15 soles. Ya en el pueblo, tendrás que pagar 2 soles para vivir la experiencia de caminar en estos puentes históricos.
Una opción más tranquila, cómoda y placentera es contratar los servicios de un operador local. En el caso de Checacupe, una posibilidad es tomar el tour a Palcoyo. En esta excursión visitarás los tres puentes, una montaña alternativa a Vinicunca y un singular río Rojo que te hará pensar en Marte.
Puente inca de Machu Picchu
En un sendero angosto y junto a una montaña de granito de la maravilla del mundo, encontrarás un estrecho puente de madera. Y si bien no es muy largo, cruzarlo es una gran experiencia porque se encuentra al borde del vacío. Si sufres acrofobia no es recomendable que lo visites.
El puente inca no es parte de los recorridos tradicionales al santuario histórico de Machu Picchu, pero si quieres escapar de lo convencional, te explicamos la ruta a continuación.
¿Cómo llegar al puente inca?
Lo primero que tienes que hacer es caminar hacia el Mirador. Desde este punto observarás la central hidroeléctrica de Machupicchu. Ahora, continúa tu andar en dirección hacia ella. El sendero, que no es empinado, tiene tramos de tierra y escalones de piedra. Mide tus pasos y se cuidadoso. Con calma llegarás al puente en 30 minutos.
Recomendaciones
Si bien no es una caminata larga ten presente estos tips:
- Usa zapatillas o botas de trekking. Son las más adecuadas para este tipo de senderos.
- Lleva una gorra, lentes de sol, un impermeable (poncho de lluvia) y agua para que te mantengas siempre hidratado.
- Cuídate de los rayos del sol y de los mosquitos. No olvides echarte bloqueador y repelente.
- Porta tus documentos personales (DNI o pasaporte). Necesitarás presentarlos para ingresar al sendero.
- Para ir al puente no harás un pago adicional. Basta con que tengas el boleto de entrada estándar a Machu Picchu. Tampoco es obligatorio contratar a un guía turístico, pero si requieres uno ¡aquí lo encontrarás!.
Puente colonial Carlos III de Paucartambo
En este pueblo famoso por la fiesta de la Virgen del Carmen, las orillas del río Mapocho son unidas por el puente colonial Carlos III. De 34 metros de largo, 5 de ancho y 13 de altura, esta obra arquitectónica de diseño ojival, se construyó en un periodo de cinco años. Los trabajos se iniciaron en 1775.
Una de las vistas más hermosas de esta herencia colonial la obtendrás en la celebración a la Mamacha Carmen (15 al 17 de julio). Y es que la procesión de la patrona de Paucartambo (en la provincia del mismo nombre) cruza el vistoso puente Carlos III. Busca una buena ubicación para que te lleves una excelente fotografía.
¿Cómo llegar a Paucartambo?
Al igual que a los otros destinos de esta lista, a Paucartambo llegarás en transporte público desde el Cusco. El paradero de los buses que se dirigen a este pueblo —paso obligado para conocer el parque nacional del Manu—, se encuentra en la avenida Diagonal Angamos 1952.
El tiempo de viaje es de 4 horas, aproximadamente, y el costo del pasaje es de 20 soles. El ingreso al puente es libre, por ser el acceso al centro de Paucartambo. Aprovecha el recorrido para observar el paisaje cusqueño a través de la ventana del bus. Si te sientas hacia el lado derecho, observarás las chullpas de Ninamarca.