Tambomachay: culto al agua en el Cusco

No tienes que alejarte demasiado del Centro Histórico del Cusco para encontrar un parque arqueológico que te develará la grandeza de la pétrea arquitectura incaica. Una magnífica evidencia de la capacidad de sus constructores de armonizar sus obras monumentales con el entorno paisajístico sin que este pierda su belleza.

Todo lo contrario. Los recintos y las paredes encajan con su entorno. Al verlos te darás cuenta de que esas piedras unidas sin argamasa, le agregan un toque de hermosura a lo natural. Esa característica es notoria en Tambomachay, uno de los sitios prehispánicos del parque arqueológico de Saqsaywaman.

Asombro. Eso es lo que sentirás en tu visita. Eso es lo que genera el legado andino a quienes ven por primera vez sus edificaciones. Basta con leer los textos de los primeros cronistas españoles para notar su fascinación por la arquitectura civil y religiosa que descubrieron en los valles y montañas del territorio incaico.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces, pero la reacción es la misma, siempre la misma. Por eso estás emocionado frente a los acueductos, las fuentes de agua y los sistemas de canales de Tambomachay que, durante el predominio de los “hijos del Sol”, habría cumplido una función ceremonial y religiosa.

Culto al agua en una de las paradas favoritas de los turistas que visitan Cusco. Su cercanía a la ciudad (8 kilómetros al noroeste y 3700 m s.n.m.) lo convierte en una escapada ideal para un primer acercamiento a la historia y cultura inca. No hay excusas. Tambomachay y los demás atractivos de Saqsaywaman o Sacsayhuamán te esperan.

¿Tambo o lugar de culto?

En una zona montañosa y estratégica en la margen derecha del río Huatanay, se encuentra un tambo, un refugio y una caverna. Bueno, al menos eso es lo que indica la etimología de la palabra Tambomachay, formada por los vocablos quechuas tampu (lugar de descanso) y machay (cueva, refugio o morada elegida).

Los tampus o tambos, en español, eran posadas o estaciones de descanso donde se le brindaba alojamiento y provisiones a los andariegos prehispánicos. En la extensa red de vías pedestres trazadas por los incas, existían muchos de estas paradas, las cuales solían cumplir más de una función.

Ese sería el caso de Tambomachay, porque a pesar de su nombre —traducido como “lugar de descanso”, aunque se le podría agregar “en la morada elegida”— no se tiene la certeza absoluta del rol que cumplió cuando el Cusco era el epicentro político, cultural y religioso de los Andes.

La teoría más aceptada refiere que este sector del parque arqueológico de Saqsaywaman, fue un espacio sagrado vinculado al culto al agua y a las deidades asociadas con este elemento. En la cosmovisión andina las montañas, la tierra y el sol tienen vida, realizándose diversos rituales en su honor.

Pero si la zona arqueológica era un centro religioso por qué su nombre incluye la palabra “tambo”. Al respecto, se cree que los viajeros, antes de ingresar al Cusco, tenían que purificarse en las aguas de Tambomachay. Este “requisito” ceremonial habría convertido a la zona en un lugar de descanso y alojamiento.

Relación con el agua

Agua que riega los campos. Agua que calma la sed de la Madre Tierra y de los hombres; entonces, cómo no venerarla y respetarla; cómo no esperar las lluvias con ansias para que las chacras produzcan y los ríos ensanchen sus cauces que riegan los valles. Sí, cómo ser ingratos con ella, cuando sin ella no hay vida.

Bajo esa lógica y perspectiva histórica, no es una despropósito argumentar que las terrazas, los canales, las fuentes y los baños de piedra tallada de Tambomachay, estuvieran asociados con rituales de purificación y veneración a yaku (agua en quechua) y otras divinidades andinas.

Hoy en distintos pueblos del Perú se realizan celebraciones relacionadas a la llegada del agua a los campos, a través de canales y acequias. Esto evidencia que, a pesar de la llamada extirpación de idolatrías, la cosmología de las civilizaciones antiguas sigue palpitando en el corazón de sus descendientes.

Pero no hay que alejarse de Tambomachay… al menos en este instante. Ya llegará el momento en el que participes en algún Yaku Raymi (Fiesta del Agua en español) en la sierra peruana. Ahora estás en las afueras del “ombligo del mundo”, en un impresionante parque arqueológico de la civilización andina.

Y, dentro de ese parque desde el que se ve el entramado urbano del Cusco moderno, hay manantiales que todavía fluyen. Su existencia ha llevado a los arqueólogos a creer que “la morada elegida” era un lugar en el que la élite incaica realizaba rituales de purificación, antes de volver a la capital de su imperio.

Un día en el parque

Antes de partir hacia tu destino, es necesario que conozcas esta información. Tambomachay es una de las 96 zonas históricas del parque arqueológico de Saqsaywaman. Declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2006, en la época incaica fue el lugar más importante después de la ciudad del Cusco.

El origen del parque se remonta al gobierno de Pachacútec, el noveno sapan inca. Por su valor y extensión (bordea las 3000 hectáreas) es necesario que lo recorras con calma. Así visitarás otros sitios privilegiados como los Baluartes, Muyuqmarca, Rodadero, Chinkana y Q’enqo.

En cuanto al tiempo no hay problema. El horario de visita es de lunes a domingo desde las 7.00 a. m. a las 5:30 p. m. Anímate a pasar el día entero para que explores con tranquilidad las áreas principales. Si no es posible, trata de visitarlo temprano. La afluencia de turistas es menor.

Más allá de la hora, lo fundamental es que incluyas a este destino en tus vacaciones en Perú. Por el costo no te preocupes. El parque arqueológico de Saqsaywaman y, por consecuencia Tambomachay, está incluido en las dos modalidades del Boleto Turístico del Cusco.

Los precios varían de acuerdo con el origen del visitante. El boleto integral cuesta 70 soles (peruanos) y 130 (extranjeros), mientras que el costo del boleto parcial (circuito 1) es de 40 soles (peruanos) y 70 (extranjeros). Los estudiantes pagan una tarifa diferente en los boletos integrales.

¿Cómo llegar a Tambomachay?

Por su cercanía al Centro Histórico del Cusco, el acceso a Tambomachay es sencillo y variado. Si te gusta caminar y pedalear, desafía los 8 kilómetros que separan a la ciudad de tu destino.

Si tu consigna es ahorrar o vivir la experiencia de movilizarte en el transporte público, súbete a los combis que te acercarán a la zona arqueológica. Estas circulan por distintos lugares de la ciudad. Antes de emprender la ruta, ten en cuenta que las unidades no son modernas y suelen ser bastante incómodas.

Otra opción es tomar un taxi o contratar los servicios de un operador turístico. Hay itinerarios que incluyen recorridos por el Centro Histórico y el parque arqueológico. Ambas opciones son las más confortables y seguras. Al final, vayas como vayas, la pasarás bien entre las piedras incaicas.

  1. A pie o en bicicleta: un reto y a la vez una posibilidad de ejercitarte. Si ya estás aclimatado a la altura y te gustan los caminos empinados, esta opción es para ti. Tiempo de viaje: una hora, aproximadamente.
  1. En transporte público: las combis te dejarán en el Cristo Blanco. Desde ahí tendrás que caminar hasta el acceso a Saqsaywaman (10 m). Las empresas Cristo Blanco y el Huerto, son las que te acercarán a tu destino. Tiempo de viaje: 30 minutos.
  1. En taxi: en cualquier lugar de la ciudad podrás tomar un vehículo que te lleve a la zona arqueológica. Antes de subir, pacta el precio del servicio. Se cuidadoso a la hora de escoger la unidad.  
  1. En tour con un operador local: las agencia cusqueñas cuenta con diversos itinerarios para visitar Tambomachay y los demás sitios arqueológicos de Saqsaywaman. Averigua los costos del servicio y elige la empresa que te genere más confianza.

Recomendaciones viajeras

  • Planifica tu visita con anticipación. Estar informado es siempre una gran estrategia viajera.
  • No te confíes del clima. Así el día esté soleado lleva siempre una prenda abrigadora y un impermeable.
  • La radiación solar no es cosa de juego. No olvides aplicarte protector solar y usar una gorra o sombrero. Prendas con UV también son una buena opción.
  • Si visitas Tambomachay en tu primer o segundo día en el Cusco, evita el esfuerzo físico excesivo. Tu cuerpo todavía no estará adaptado a la altura.
  • Mantente hidratado. El consumo de líquidos contrarresta los síntomas del soroche o mal de altura.
  • Respeta la zona arqueológica. No ensucies ni manipules las piedras.
  • Se respetuoso de las costumbres locales. Evita comportamientos que generen fastidio entre los cusqueños.
  • Lleva calzado cómodo y adecuado para caminar, sobre todo si quieres explorar Tambomachay y los sitios aledaños durante varias horas.
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